¿Qué es la terapia cognitivo conductual?
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una forma de tratamiento psicológico orientada a la acción en la que el terapeuta y el paciente trabajan en equipo para identificar y resolver problemas. La Terapia Cognitivo-conductual asume que los patrones de pensamiento mal adaptativos o erróneos causan un comportamiento desadaptativo (comportamiento contraproducente que interfiere con la vida diaria) y emociones “negativas”. Los terapeutas ayudan a los pacientes a superar sus dificultades a través de un tratamiento enfocado en la modificación de patrones de pensamiento, de modo que se obtenga la modificación del comportamiento y el estado emocional.
Cómo se trabaja en Terapia Cognitivo-conductual
Un terapeuta de cognitivo-conductual intentará explorar los vínculos entre los pensamientos y las emociones que ocurren antes de las conductas disruptivas en personas con enfermedad mental. Al establecer estas conexiones, las personas aprenden a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos o inapropiados, y como consecuencia, pueden manejar los comportamientos relacionados con su padecimiento. Al explorar estos patrones de pensamiento que conducen a acciones autodestructivas y las creencias que dirigen estos pensamientos, las personas con “enfermedad mental” pueden modificar sus patrones de pensamiento de modo que incrementen su capacidad de lidiar con el mundo.
Objetivos de la terapia Cognitivo-conductual
Las metas de la terapia cognitiva son ayudar a las personas a alcanzar un alivio de su desorden y prevenir la reincidencia.
El trabajo en las sesiones consiste en ayudar a las personas a resolver sus problemas de la vida real y enseñarles a modificar su pensamiento inadecuado, comportamiento disfuncional y afecto angustioso. De este modo, la meta de la terapia cognitivo conductual es reconocer pensamientos negativos y remplazarlos con pensamientos positivos, que darán lugar a comportamientos favorables para la persona. Por ejemplo, la terapia cognitivo-conductual remplaza los pensamientos que llevan a la baja auto-estima (“no puedo hacer nada bien”) con expectativas positivas, como “puedo hacer esto correctamente”.
En el corazón de la TCC está el supuesto que el ánimo de las personas está directamente relacionado con sus patrones de pensamiento. Los patrones de pensamiento disfuncionales y negativos afectan el ánimo de la persona, el sentido de sí mismos, el comportamiento e incluso su estado físico.
La meta de la TCC es ayudar a la persona a aprender a identificar patrones de pensamiento negativo, evaluar su validez y remplazarlo con maneras de pensar más adecuadas:
Características de la psicoterapia cognitivo conductual
La TCC está basada en dos tareas específicas:
Reestructuración cognitiva, en la que el terapeuta y el paciente trabajan juntos para modificar los patrones de pensamiento, y activación conductual, en la que los pacientes aprender a superar obstáculos al participar en actividades que disfrutan.
TCC se enfoca en el presente inmediato: en qué y cómo una persona piensa más que en el por qué una persona piensa de tal modo.
TCC se enfoca en problemas específicos. En las sesiones se identifican problemas de conducta y de pensamiento, son priorizados y se atienden específicamente.
TCC está orientada a metas. Al trabajar con su terapeuta se les solicita a los pacientes que definan metas para cada sesión así como metas a largo plazo.
El enfoque de TCC es educacional. El terapeuta utiliza experiencia estructuradas de aprendizaje que enseña a los pacientes a monitorear y escribir sus pensamientos negativos e imágenes mentales. La meta es reconocer como estas ideas afectan su humor, conducta y condición física. Los terapeutas enseñan habilidades importantes para lidiar con las situaciones, tal como resolución de problemas.
Los pacientes de TCC toman un rol activo en el aprendizaje en el transcurso de las sesiones. Se les entregan tareas para realizar en casa al final de las sesiones, y son revisadas la siguiente sesión.
TCC es de tiempo limitada, usualmente el tratamiento dura de 14 a 16 sesiones.
El desarrollo de una sesión
Gran parte del trabajo en las sesiones consiste en ayudar a las personas a resolver su problemas de la vida real y enseñarles a modificar su pensamiento inadecuado, conducta disfuncional y emociones perturbadoras. Los terapeutas planean el tratamiento en la base de una formulación cognitiva de los desórdenes del paciente.
La relación terapeuta es clave en la terapia cognitivo conductual. Los terapeutas son colaboradores y forman un equipo con sus pacientes. Toman decisiones mutuas acerca de cuánto tiempo será la sesión, cuáles problemas serán discutidos, y cuáles tareas asignadas los pacientes creen que serán de ayuda. Los terapeutas involucran al paciente en un proceso de experimentación para investigar la validez de los pensamientos y creencias del paciente.
La TCC es educativa, y los pacientes aprenden habilidades de pensamiento, de conducta y emocionales de modo que, en esencia, puedan convertirse en sus propios terapeutas. Esto le permite a la TCC ser una terapia de tiempo limitado; por ejemplo, en casos de ansiedad o depresión unipolar el proceso toma alrededor de 6 a 15 sesiones. Pacientes con desórdenes de personalidad, comorbilidad (presencia de uno o más trastornos) o enfermedades mentales crónicas o severas suele necesitar periodos más largos de tratamiento, de 6 meses a 1 año o más.
Terapias psicológicas:
Brindamos terapia psicológica a adultos, adolescentes y niños que atraviesen por alguna dificultad en sus vidas.
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