El sexo en la vejez existe, es necesario, sano y natural
Comúnmente, se entiende por vejez al periodo que comprende de los 65 años a la muerte y que, necesariamente, implica funciones con roles, normas y expectativas más o menos definidas las cuales, hoy en día, se están tratando de cambiar en función de eliminar mitos entorno a dicha etapa. La sexualidad en la vejez es uno de ellos, la cual cambia y se modifica con los años, pero no desaparece por completo como se cree y por el contrario es parte importante de la salud de los adultos mayores.
Al respecto especialistas definen que la sexualidad en la vejez, es difícilmente entendida como una actividad orientada al coito, sino que debe verse como el simple placer al contacto corporal, que lleva a cierta seguridad emocional a los adultos mayores y esto encamina al anciano a sentirse querido, es decir, se ha de entender como una sexualidad orientada a conservar la salud mental del individuo, y no necesariamente al desarrollo pleno de sus necesidades y habilidades fisiológicas, lo cual fue parte en otra etapa de la vida.
En ese mismo sentido, la doctora Adela Herrera, Jefa de Servicio de Geriatría y del Departamento de Medicina Interna, en el Hospital Clínico J.J. Aguirre de la Universidad de Chile, afirma que, a pesar de tener conciencia de la importancia que tiene la salud sexual, tanto en lo mental como en lo físico, la simple existencia de manifestaciones sexuales de cualquier tipo en lavejez es sistemáticamente negada, rechazada o difícil de aceptar por gran parte de la sociedad.
Lo anterior como consecuencia de que, afirma la especialista, en algunos casos aún perdura el supuesto de que los ancianos son sexualmente inactivos y, en otros, debido a la incomodidad de las preguntas o el temor de no poder responder adecuadamente a las dudas que plantee el adulto mayor con respecto a su sexualidad. Médicos, familiares e, incluso, la propia pareja, suelen “borrar” el tema del imaginario colectivo, convirtiendo la sexualidad en la vejez en un tabú.
A su vez, Rosamar Rivas Bochs, Psicóloga y Terapeuta Sexual, afirma que, lejos de dicha apreciación, la sexualidad en la vejez debe entenderse como la continuidad de una vida sexual sana y activa que si bien se deteriora y disminuye a lo largo del tiempo, aún permanece despierta y que, necesariamente debe ser ejercida ya que, hoy se sabe que el cambio de las diferentes capacidades no es unidireccional, ni universal, ni irreversible y que, por lo tanto, la sexualidad en la vejez aún es posible. Y más, se expone, en una sociedad que, paulatinamente, está envejeciendo, demográficamente hablando.
Médicos, familiares e, incluso, la propia pareja, suelen “borrar” el tema del imaginario colectivo, convirtiendo la sexualidad en la vejez en un tabú.
De hecho, en el proceso vital fisiológico, el envejecimiento sexual comienza hacia los 30 o 35 años, y sigue un desarrollo lento, pero muy variable de una persona a otra, afirma la especialista hasta llegar a los 50 años. Mismo que, está íntimamente ligado a los cambios hormonales que se producen tanto en hombres como en mujeres (etapas llamadas como andropausia y menopausia), pero que no son determinantes para ver finalizada la sexualidad en la vejez, como a continuación se podrá leer.
De acuerdo como los doctores Gil Vicente Sarmientos Brooks, Javier Pagola Leyva y Lissette Oramas Hernández, expertos en el tema, los cambios hormonales que ocurren en una mujer mayor de 50 años, debido a la disminución de la función ovárica, no son causas, necesariamente, de cambios importantes de su actividad sexual que, si bien se vuelve lenta o con mayor dificultad para llevarse acabo, aún existe. De ahí que, es importante entender el tema y no darse por vencida.
Al respecto, se ha comprobado que, la sexualidad en la vejez de las mujeres se ve permeada por una disminución leve o variable, según sea el caso, del deseo sexual relacionado con factores hormonales o sociales; además, su excitación es mucho más lenta.
Se dice que, una mujer joven sólo necesita de 15 a 20 segundos de excitación para lubricar su vagina, mientras que en una mujer mayor, esto puede demorar hasta 5 minutos; además, de que no se exterioriza de manera tan notable ya que, la producción de líquidos lubricantes es menor e, incluso, estar impedida, como consecuencia de no poder realizar posiciones que fomenten la salida del lubricante, lo cual, además, puede determinar una penetración frecuentemente más difícil o dolorosa. Igualmente, una mujer durante la vejez, padece de menor vaso-congestión del clítoris y por lo tanto, baja sensibilidad al orgasmo, el cual, es más difícil de alcanzar y suele disminuir el tiempo de su duración.
Por otra parte, el varón, para ejercer la sexualidad en la vejez también se enfrenta a una serie de factores. Está comprobado que, alrededor del 5% de los hombres que sobrepasan los 60 años, experimentan el llamado climaterio masculino, el cual, está caracterizado por: falta de apetito, disminución del deseo sexual, cansancio, menoscabo o perdida de potencia en huesos y músculos, irritabilidad y dificultad de concentración, imputables a la baja producción de testosterona.
Igualmente, la sexualidad en la vejez de los varones se ve minada por una dificultad crónica para lograr la erección. En conjunto, las erecciones son menos firmes que cuando se vivía la juventud e igualmente, se reduce la cantidad de semen que producen los testículos y, por lo tanto, disminuye la intensidad y necesidad de eyacular. Asimismo, en el adulto mayor, se prolonga el periodo refractario, es decir, el tiempo posterior a la eyaculación, en que el hombre produce más semen y es capaz de presentar una nueva erección, el cual aumenta considerablemente.
Uno de los pasos más importantes a realizar por el adulto mayor es admitir que la sexualidad en la vejez se modifica, y de acuerdo a las características personales de cada quien, se debe practicar conforme sus características, con el fin de fomentar la salud y, así, recibir los beneficios que la practica sexual, por si misma, aporta.
A continuación se presenta una tabla elaborada por la doctora Rivas Bochs, que recomienda forma para mitigar las dificultades sexuales en la vejez.
PROBLEMAS | SOLUCIONES |
Disminución del deseo | Usar excitantes (música romántica, novelas eróticas, etcétera). |
Cuidado del atractivo corporal evitando situaciones de abandono en el vestir y falta de higiene. | |
Terapia hormonal, con consejo médico | |
Tratamiento contra la depresión y fomento de la autoestima. | |
Dejar de consumir alcohol, tabaco o fármacos innecesarios. | |
Buscar consejo psicológico. | |
Dar consejo individualizado para que los contactos sexuales existentes se resuelvan de forma satisfactoria, evitando, sobre todo, la rutina que conduce al aburrimiento. | |
Sequedad vaginal, perdida de elasticidad vaginal. | Usar lubricantes |
Estrógenos locales bajo supervisión médica. | |
Prolegómenos prolongados que faciliten una adecuada lubricación previa al coito. | |
Tener actividad sexual frecuente. | |
Ejercicios pélvicos de Kegel. | |
Erección débil | Usar una posición que haga más fácil la inserción del pene. |
Aceptarlo como una limitación de la edad y platicarlo con la pareja, buscando alternativas, tanto físicas como químicas con un especialista. | |
Aprovechar el momento de erección matutina | |
Perdida rápida de la erección y periodo de recuperación largo | Buscar alternativas de actividad sexual satisfactoria sin penetración. |
Tener coitos menos frecuentes. | |
Poner el énfasis en la calidad de la relación, por encima de la cantidad. |
Aunque la incidencia de la disfunción eréctil e infertilidad, tanto masculina como femenina, aumenta con la edad, también está asociada con la tasa en el aumento de enfermedades y problemas de salud que, la vejez, por si misma significa. Es decir, varios disturbios endocrinológicos, como ladiabetes o la obesidad; cardiovasculares, como la hipertensión; neurológicos, en los que se encuentra la depresión, el estrés, el Parkinson o el Alzheimer, o degenerativos como la osteoporosis o la artritis, pueden minar la sexualidad en la vejez, con la ingesta de medicamento y/o la aplicación de intervenciones quirúrgicas que, comúnmente, aparecen con la edad.
Por ejemplo, está comprobado que, los antidepresivos, tranquilizantes y algunos medicamentos empleados para manejar la hipertensión, pueden comprometer lafunción eréctil y la libido y así, perturbar el desempeño sexual durante la vejez, dificultando la eyaculación al hombre o el deseo sexual femenino.
Por su parte, favorece mucho que las personas mayores tengan vínculos afectivos estables y una red de relaciones sociales amplia, con el fin de encaminar la sexualidad en la vejez de forma responsable ya que, tampoco están exentos de contraer alguna enfermedad de transmisión sexual o, durante la práctica, potencializar los efectos de alguna otra enfermedad como suele suceder con las cardiovasculares orespiratorias, con el fin de garantizar la salud del adulto mayor.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, diversos especialistas recomiendan los siguientes elementos para fomentar y mejorar la sexualidad en la vejez: fomentar la expresión, por parte de los ancianos, de sus problemáticas sexuales. Asimismo, dar a conocer los cambios normales esperables con el envejecimiento corporal, para que se adapten a las nuevas situaciones y se pueda ejercer la sexualidad en la vejez de manera plena; también que durante esta época de la vida se asuma una nueva visión de la sexualidad, no limitada a la procreación, el coito o el matrimonio, sino la compañía plena, así como el contacto físico placetero, esto puede evitar la depresión, de carácter sexual, en los adultos mayores. Y es así, que se podrán eliminar las dificultades psicosociales que limitan la sexualidad en la vejez.